La capital danesa obtuvo una puntuación de 8,4 sobre 100, ya que muchos centros de trabajo adoptan como norma una semana laboral de 37 horas, incluidas 52 semanas de permiso retribuido compartido entre los padres.

Este logro se refleja en décadas de políticas consideradas, un marco cultural reflexivo y un compromiso inquebrantable con el bienestar de los empleados.